Categorías
Siempre vamos a encontrar texturas

Gambito de Dama

Una niña pelirroja se sienta frente a un tablero de ajedrez en el cuarto del encargado de mantenimiento de un internado de señoritas huérfanas en Kentucky a mediados de la década del 50. La pequeña Elizabeth Harmon acaba de quedarse sin familia tras el choque de automóvil que tuvo su madre al volante en una ruta del sur agrícola norteamericano. Entre las paredes grises de la institución lo único que la conmueve son las 32 piezas del juego ciencia entre el tablero blanco y negro.

Una joven mujer de cabellos rojizos se siente frente a un tablero similar en el corazón de Moscú a finales de la década del sesenta en las entrañas de la Guerra Fría. Siente una mezcla de admiración, miedo y respeto por su oponente en la gran final del ajedrez mundial. Sabe que no puede perder.

Las dos escenas pertenecen a la serie de Netflix, Gambito de Dama. Una historia en 9 capítulos tan excelentemente realizada que cuesta creer que no sea una biopic de una persona real. Pero es así, la tal Beth Harmon nunca existió, sus rivales tampoco, pero el contexto de época es genialmente valedero, que al final de la producción al espectador le queda el deseo que la historia haya ocurrido alguna vez.

La narración está atravesada por sintomas de aquella época. La supremacía soviética en el deporte intelectual, la cruzada católica contra los comunistas ateos, el despertar sexual de una generación, el uso y abuso de drogas, los primeros grupos pop y la industia del entretenimiento a gran escala.

Se trata de una de las gratas apariciones durante la pandemia. Espero que esta reseña deje en jaque al lector y no le quede otra chance que mirarla.

Por juanpablomartinelli

Periodista. Una vez me dijeron: pibe, salí y conta lo que ves.