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Siempre vamos a encontrar texturas

A mi suegro lo mandaron a nadar

Sí, tal cual. Como se lee. A Don Luis María, ya pisando los 80 el médico le dijo que tiene que hacer natación para mejorar la postura. Esas viejas recomendaciones de esas viejas madres y abuelas se hacen presentes en los otoños e inviernos de las vidas. Y uno generalmente no hace caso en eso de ponerse derechito cuando está sentado o de pie. En el contexto de la pandemia parece una nimiedad que un galeno se preocupe aún por la postura de la columna vertebral. Pero como dicen los tandemoda neurocientíficos, la salud es integral. Y un deporte, o cualquier actividad física, nos hace más fuertes.

Por mi parte, una lesión de rodilla me alejó de las pistas y el kinesiólogo me mandó a hacer rehabilitación. Eso sí, del running olvidate por un buen tiempo, me dijo. Cuando uno está acostumbrado a hacer un gran gasto calórico todos los días es difícil parar. El día que no corrés podría asegurar que te sentís mal. Abstinencia de endorfinas y dopaminas. La adicción a sentirte bien te hace mal. Sin vueltas. Pero como dijo Marcelo Tinelli citando a Osho o alguien similar: Si Sucede Conviene. La osteocondritis fue contemporánea de la apertura de los natatorios a cielo abierto en la ciudad de Buenos Aires. Hacia alla voy, me dije a mí mismo.

Pero en el camino a la revisación médica me acordé de un libro que se ocultaba en mi biblioteca. Un ejemplar de esos que uno compra en alguna feria veraniega de la costa o en algún puesto de Parque Rivadavia. El autor? Un tal José Meolans.

Nadar, por qué la natación nos ayuda a vivir mejor. Uno de los pocos libros escritos en el país sobre un deporte que todos sabemos que hace bien pero que poco lo practicamos. Con prólogo del multidisciplinario olímpico Gonzalo Bonadeo, y con un un relato fluido del mejor nadador argentino de la historia, es una gema perdida en las estanterías de la literatura argentina.

Meolans aborda su experiencia personal desde la parte profesional hasta su costado pedagógico. ¿Por qué hace bien nadar? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Por qué muchos pediatras lo recomiendan para chicos hiperactivos? ¿Por qué se puede practicar a cualquier edad a diferencia de otros deportes?

También es el relato en primera persona de un deportista que llegó la elite mundial y se mantuvo en el lote de los privilegiados durante una década. Cómo un segundo en un cronómetro es la diferencia entre una medalla de oro olímpica y un octavo puesto. Como funciona la mente de una personas que se mueve en una pileta 6 horas por dia todos los dias de la semana durante mas de 20 años. Apasionante para los amantes del deporte y para aquellos que nunca se animaron y quieren dar sus primeros pasos en una piscina.

Ahora sí, antes que mi futuro médico me diga en 34 años que tengo que empezar a nadar, cargo la malla en el bolso y me voy al natatorio. Gracias Meolans.

Por juanpablomartinelli

Periodista. Una vez me dijeron: pibe, salí y conta lo que ves.